domingo, 15 de mayo de 2011

Si no viste Matilda, no tuviste infancia.



Lo primero que quiero aclarar a aquellas personas que lean esto, es que cuando hablo de infancia, me refiero a aquellos que nacimos en los 90`s y crecimos mirando esta película.
Creo que vi esta película cerca de 100 veces, y no exagero. La tengo en VHS, la tengo en DVD, la veo cada vez que la pasan en el cable. Nunca me aburre, me se los diálogos de memoria, se con detalles que va a pasar en cada escena. Ya he llegado al punto de imaginarme que cambios le haría a la historia, ADICCION por la película.
Este filme, es la adaptación del libro de Roald Dahl, que cuenta la historia de Matilda Wormwood, una niña de 6 años, que descubre que tiene el poder de mover las cosas con su mente.
La vida de Matilda no es fácil, vive con sus padres y hermano, los cuales no se interesan por ella.  Su padre es un tramposo vendedor de autos usados, su madre se la pasa todo el día fuera de la casa. Matilda se la pasa sola, sin nadie con quien compartir sus cosas.
La niña es sumamente inteligente, con 6 años va sola a la biblioteca a retirar libros para leer, los mismos son su contención.
Creo que la mejor parte del film comienza cuando Matilda comienza a ir a la escuela, y nos encontramos con 2 personajes importantísimos en la historia. La señorita Tronchatoro, la directora de la escuela,  la cual, es gracioso decirle señorita, ya que su aspecto físico, no se asemeja en nada a una señorita, y la maestra Miel, quien traba una relación muy cercana a Matilda.
La escuela no es un lugar seguro, Tronchatoro se encarga de que sus alumnos vivan en una sensación de terror constante, al que se porta mal, lo envían al “Agujero”, “una cavidad oscura y estrecha en un muro tras la puerta, tienes que estar parado bajo una cañería con gotas, y las paredes tienen clavos y vidrios pegados. Siempre te deja allí todo el dia” descripto de esa forma por los personajes de la historia.
No solo eso, sino que la directora es capaz de humillar a sus alumnos, torturarlos, hacerles pasar un mal rato. (El día que tenga hijos voy a cerciorarme de que la directora del colegio no sea así. Y si mis hijos me dicen que algo pasa, les voy a creer. En Matilda pasa, y los padres no creen.)
La protagonista, va descubriendo a través de la historia, que tiene una fuerza que desconoce: El poder de la mente.
Creo que la escena donde ella exterioriza sus poderes, que cae en la cuenta de que puede mover las cosas con el simple hecho de pensarlo, acompañada por el tema “Little bitty pretty one”, que te hace chasquear los dedos, y en donde hace que todo se mueva, bailando arriba de la mesa, rodeada de cartas, y fichas de casino, es una de las más divertidas.
Otra cosa importante en la película es la relación que Matilda traba con la maestra Miel. Esta última, se identifica con la niña, ya que tuvo una infancia parecida. Su padre murió, y ella fue cuidada por su malvada tía, que luego nos enteramos que no es otra que Tronchatoro.
El filme está lleno de escenas divertidísimas, que hacen reír, que hacen ponerte nervioso, que te dan odio y ternura. Las que muestran a Matilda usando sus poderes son las mejores a mí entender.
Una escena que me encanta, y que siempre de chico repetía con el control del video, es cuando Tronchatoro agarra a una niña de las trenzas, y la lanza al aire. Creo que siempre estaba esperando que la directora se quedase con las trenzas rubias en las manos, y la niña, volando por los aires, apareciese sin pelo. Pero nunca pasaba.

El final de la película, desde mi punto de vista, es un final, el cual todos los espectadores desean, Matilda finalmente es feliz.
El pasado año, se estreno en Inglaterra la versión teatral de la historia.

Para terminar, les pregunto a ustedes, que vieron la película: nunca, nunca, intentaron mover las cosas con la mente como lo hacía Matilda?


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